25/7/24

LUIGI ISOLINI – DE ITALIA VINO Y NUNCA VOLVIÓ

La pesca, una pasión

 

LUIGI ISOLINI – DE ITALIA VINO Y NUNCA VOLVIÓ

Crónicas de Atlántida por Wilson Mesa

La historia de las distintas comunidades se nutre con el hacer de hombres y mujeres que han vivido en ellas a lo largo del tiempo.

Todos han puesto su granito de arena para lograr el progreso de su lugar y todos a su vez tienen su propia historia personal. La población de Atlántida -como muchas regiones del Uruguay- se fue nutriendo de personas emigrantes, que llegaron aquí en busca de trabajo y un lugar para vivir con tranquilidad. Entre los que vinieron a estas costas se destacaron por el número, los italianos, pero también hubo de otras nacionalidades, españoles, suizos, austríacos, húngaros, rusos, alemanes, etc..

Esta vez quiero contarles sobre uno de ellos: Luigi Isolini.


 

EL ORIGEN

Luigi Isolini Menis nació el 18 de diciembre de 1905 en Italia, en el pueblo de Artegna, de la región del Friuli. Esta región se encuentra al noreste de Italia, recostada en los Alpes tiene frontera con Austria y Eslovenia.

Su madre se llamaba Doménica Menis y su padre Calisto Isolini.

Eran cinco hermanos; tres de un primer matrimonio de Doménica -María, Fioravanti y Serena-; luego la madre enviudó y se casó con Calisto Isolini, de cuyo matrimonio nacieron Aurora y Luigi (el menor).

LOS ESTUDIOS Y EL TRABAJO

Luigi hizo la escuela primaria completa en Artegna y cuando el maestro fue a su casa para que lo mandaran al Liceo porque era muy buen alumno escolar, la madre dijo que no, que tenía que trabajar para ayudar al sustento de la familia.

Fue así que a los 14 años se unió a un grupo de friulanos que iban a Roma a construir dos grandes edificios sobre la Vía Apia. En esas obras importantes fue que aprendió el oficio de albañil; estuvo 4 años en Roma y a los 18 lo llamaron al servicio militar italiano (Servizio di leva). Observemos que de ahí surge la palabra “leva” que se utilizó mucho en Uruguay durante las guerras civiles, como sinónimo de llevar gente a la fuerza a pelear por el ejército gubernista.

Luigi hizo el servicio militar de un (1) año y volvió a su pueblo, Artegna. Pero la situación económica de la familia se había vuelto muy difícil y su madre (Doménica) le dijo que tenía que emigrar a América.

El muchacho se fue a Génova y tomó un barco para Argentina, donde ya estaba una de sus hermanas con el esposo, en Tandil. En ese momento, 1924, Luigi tenía 19 años. Hace un siglo de ese hecho.

Allí vivió 11 años y trabajó fundamentalmente en empresas de construcción, una de las obras que Luigi recordaba siempre fue el edificio del Banco Nación, en Tandil.

Pasado el tiempo, como tenía a su hermana Aurora y el esposo, Alberto Facini, con una hija de 3 años, ya viviendo en La Chinchilla (Uruguay), ellos le pidieron que se viniera para ayudarles con el trabajo de la viña.

Recordemos que eran cinco hijos en total. Pues bien, cuatro de estos hermanos emigraron a América: María se vino a Argentina; Fioravanti eligió Brasil y, como ya mencioné, Aurora vino a la zona de La Chinchilla, en Canelones, donde terminó uniéndosele, Luigi, en el año 1935. Solamente Serena quedó en Italia.


Luigi jovencito. 


LOS COMIENZOS EN ATLÁNTIDA

En Atlántida ya vivía un paisano suyo, friulano, Luigi Deana. Se conocieron y Deana, que tenía una empresa constructora, lo invitó a trabajar con él. Fue así que Isolini se instaló definitivamente en esta zona, trabajando como “Capataz de Obra”.

En el año 1947 conoció a Solana Pegorraro y se casaron ese mismo año. El matrimonio tuvo dos hijas, Elsa y Elena.

Solana provenía de una familia señera de Estación Atlántida. Sus abuelos, Giuseppe Pegorraro y María Marotto habían venido de Italia y abierto un almacén-pulpería en la zona de la Estación de ferrocarril; ese local todavía existe, está ubicado justo detrás de la casa solariega de Mario Ferreira.

Los padres fueron Bautista Pegorraro y Solana Álvarez. Una de sus hermanas, Petrona Pegorraro, fue la esposa del ya legendario panadero, Andrés Picardo, del “Pueblito de la Estación”

Si bien Luigi Isolini había emigrado de Italia pensando en trabajar duro y ahorrar dinero para poder volver a su patria, nunca pudo cumplir ese propósito. Y después de formar su propia familia ya sus planes cambiaron; de ahí lo del título: “De Italia vino y nunca volvió”.


Solana Pegorraro y Luigi Isolini.


LAS OBRAS EN LAS QUE TRABAJÓ

 

                                            Construcción del Cine Atlántida.

Isolini trabajó siempre como “Capataz de Obra”, primero con la empresa de Luigi Deana; después con Pedro Forni y finalmente con Rafael Merlo.

Con el primero construyeron el Cine Atlántida; el Edificio que actualmente ocupa la Oficina de Turismo; el Edificio Portofino (en su primera etapa) y muchísimas casas particulares. También construyeron el Edificio Arcobaleno, en Punta del Este.

Con la empresa de Pedro Forni trabajó en la “Plaza de los Fundadores”.

Con la empresa de Merlo construyeron el Edificio Lucania (Av. Artigas y Calle 26) y toda la esquina que está unida al mismo.

Y, por supuesto, Luigi construyó su propia casa, a la que llamó “Artegna” como su pueblo natal, dicha residencia está ubicada en la Calle Diagonal Este casi Calle 5.

 

Construcción del Edificio Portofino (primera etapa).

RECUERDOS DE LA GUERRA

 Es importante consignar que Luigi Isolini, vivió la Primera Guerra Mundial muy de cerca y con solamente nueve años de edad. Eso fue debido a la región de Italia donde vivía la familia y porque Italia entró en la guerra junto al Imperio Británico, Rusia y Francia, a los que más tarde se unieron EEUU, Japón, Bélgica, Serbia y Grecia.

Los contendientes del bando contrario eran el Imperio Alemán, el Imperio Austro-Húngaro, el Imperio Otomano (Turquía), Bulgaria, Irlanda, Sudáfrica, Bielorrusia, Finlandia, Georgia, Ucrania, Lituania y Polonia.

Fue el conflicto bélico (1914-1918) tal vez más importante en la historia de la humanidad, especialmente para Europa, la que nunca volvería a ser igual tras el mismo. Fue considerada como la guerra más violenta de la historia, causando una cantidad de bajas tan enorme que cambió la demografía -y la geografía- de Europa para los siguientes años. Y por supuesto, fue la causa principal de la gran emigración de europeos hacia distintos países de América

Al respecto nos dice Elsa Isolini, lo siguiente: <<Papá contaba muchas anécdotas de la “Grande Guerra”, como le llamaban a la Primera Guerra Mundial. Fueron tiempos terribles, especialmente para esa zona de Italia. Murieron muchísimos jóvenes en los enfrentamientos y muchos también congelados en las trincheras. Pasaban los ejércitos austro-húngaros y arrasaban con toda la comida que tuvieran, quesos, embutidos, huevos, gallinas, cerdos, etc. La gente tenía que esconder todo. Pasaban aviones bombardeando. Contaba mi padre que cayó una bomba en el patio de la casa y milagrosamente no explotó. Los niños jugaban sobre las montañas de escombros.

Muchos friulanos que lograron regresar del frente sufrieron enfermedades de por vida, reuma, por ejemplo, por pasar metidos en las trincheras entre el barro congelado>>. (Elsa Isolini Pegorraro).

 


MAS ALLÁ DEL TRABAJO

Volviendo a la vida uruguaya de Luigi Isolini, debemos recordar que en esta zona se asentaron otras familias de origen friulano, ya que además de los Deana, estaban los Bosca, los Mion, Flebus, Tracogna, De Pin y Facini

Cuenta Elsa Isolini que, cuando en alguna oportunidad se juntaban a conversar, entre ellos hablaban en “friulano”, que no es un dialecto sino un idioma propio, distinto del italiano.

El mayor pasatiempo de Luigi era la pesca. Llegaba la época de la corvina negra y apenas podía se iba a las rocas del “Piedra Lisa” o a “los Banquitos”, a pescar. Con suerte variada, eso sí, como lo muestra una de las fotos.

Otra cosa que Elsa menciona, es que a su padre le gustaba leer y siempre tenía a mano dos libros especiales para él: “La Divina Comedia”, de Dante Alighieri y “El Gatopardo”, de Giuseppe Tomasi di Lampedusa. Pero los leía en español, no en italiano.


Luigi Isolini con sus hijas, Elsa y Elena.   

Deben saber que, si bien Luigi en su adolescencia no pudo seguir estudiando porque tuvo que trabajar desde los 14 años, siempre tuvo claro que sus hijas, Elsa y Elena, sí lo iban a hacer.

Y las apoyó hasta que ambas se titularon como Maestras y llegaron a formar sus propias familias.

Luigi Isolini murió el 9 de junio de 1985, con 79 años y su esposa, Solana Pegorraro, murió en el año 2004.


"Artegna", la que fue su casa.

Estimados lectores, al “Tanito” que vino del Friuli y que de a poco se convirtió en “Don Luis”; el que conoció la guerra de cerca; el que se ganó el respeto de sus vecinos con su esfuerzo de trabajo y que se hizo tan atlantidense como cualquiera, hoy lo hemos recordado como uno de los personajes que contribuyeron a construir -nunca mejor dicho esto- la grandeza de este lugar del mundo.

 

                                                                                                 Wilson Mesa, junio de 2024.


FUENTES – Datos familiares brindados por Elsa Isolini, apoyada por su hermana Elena.

IMÁGENES – Fotografías aportadas por la familia Isolini y digitalizadas por Arinda González Bo.

NOTA - Artículo publicado en la Revista CENTRO, Nº 178 - julio de 2024.


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