14/3/24

UN HOMBRE EN LA COMUNIDAD: EL LEGADO DE JORGE CASARETTO

 
Cine Atlántida - Inaugurado en 1955

  

UN HOMBRE EN LA COMUNIDAD: EL LEGADO DE JORGE CASARETTO

                                                                           Crónicas de Atlántida- por Wilson Mesa

En esta temporada estival se ha inaugurado un “mercado gastronómico” en el centro del balneario, instalado en un edificio emblemático donde antes funcionó el antiguo “Cine Atlántida”. Este edificio tiene su historia propia y eso es lo que quiero contarles, sabiendo de antemano que esa historia va a estar unida indefectiblemente a la actividad emprendedora de un vecino llamado Jorge Casaretto.

LOS ORÍGENES

 Paula Beisso de Casaretto y Antonio Casaretto figuran en la nómina de los primeros cien adquirentes de terrenos en el naciente balneario “de los doctores”, en el año 1914. (Bonsignore, pàg.242).

Ellos provenían de Paysandú, según cuenta su bisnieta, Eliana Casaretto Fuser, nuestra principal colaboradora en la realización de esta reseña, aportando datos familiares muy valiosos.

Si bien los bisabuelos Casaretto - Beisso tenían esas tierras en el Balneario, ellos nunca llegaron a usufructuarlas. Fue su hijo, Nicolás Casaretto Beisso, junto a su esposa, Elvira Pereyra, quienes verdaderamente se vinieron a vivir aquí, debido a que su hija, Alba Casaretto Pereyra, padecía de tuberculosis, enfermedad muy extendida en esa época y dentro de cuyo tratamiento los médicos aconsejaban llevar a los enfermos a vivir cerca del mar para respirar aire puro.

El otro hijo de Nicolás y Elvira era, ni más ni menos, que Jorge Casaretto Pereyra, el vecino cuya actividad emprendedora nos ocupa en esta crónica.

 

 
 Jorge Casaretto
 
Dado que siempre fue inquieto en su vida, Jorge Casaretto partió a buscar oportunidades en Brasil, mientras que sus padres y su hermana Alba se quedaron en Atlántida.

<< Mi papá se fue a trabajar a San Pablo, a los laboratorios “Dana”, allí conoció a la que sería su futura esposa, Ivonne Fuser. Se casaron y tuvieron dos hijas, Alba Helena y yo, Eliana; las dos nacidas en San Pablo.

<<Después papá retornó de Brasil con toda la familia, ya que el estado de su hermana se había agravado y nos quedamos a vivir aquí, construyendo una casa al lado de la de mis abuelos, en la esquina de la calle 10 y 1.

<<Vivimos en la casa de mi abuela, hasta que la nuestra estuviese pronta para habitar. Los presupuestos y planos son del año 57 y 58 respectivamente, supongo que para el año 59 o 60 debería estar pronta, no tengo fecha exacta. Mi hermana Alba Helena tenía 2 años y meses y yo apenas unos meses.

Mi hermana hizo la escolaridad completa en la escuela 146 y yo también, menos un año, que lo hice en Montevideo>>. (Relato de Eliana Casaretto Fuser).

NACE EL “CINE ATLÁNTIDA”

 Federico Bonsignore lo cuenta así: <<Un grupo de personas vinculadas al balneario, lideradas por el Sr. José Luis Cuenca, se reúne el 18 de abril de 1954 en las instalaciones del Hotel Rex para constituir la sociedad anónima "Impulsora de Atlántida", cuyo objeto principal era la de construir un edificio destinado a "Cine-Teatro". Rápidamente, la sociedad comienza a buscar accionistas para financiar el proyecto y encomienda el proyecto de arquitectura a Juan Eduardo Fabini (……)>>. (Bonsignore, pàg. 135). 

 

Cine - boceto de Arq. J. E. Fabini  
 
<<Se busca dotar a este importante edificio de una ubicación privilegiada, y la sociedad anónima consigue un terreno excepcional sobre la diagonal norte –actual “Ciudad de Montevideo”- frente a la plazoleta triangular formada por esta misma diagonal, la calle Nº1 y la calle Nº11, en pleno centro de la localidad.

La sala principal mediría 16,40 metros, y su capacidad originalmente es prevista en 670 cómodas plateas “pullman” dispuestas en un solo plano. Durante el transcurso de las obras sería ampliada a 760 butacas.

 La pantalla tendría 6 metros de largo por 4,80 metros de alto, adaptable a la incipiente y revolucionaria tecnología de pantalla Cinemascope, presentada en Estados Unidos en 1953.

Contemplando los cometidos originales de “Impulsora de Atlántida”, Fabini incluye un escenario con trastienda de teatro, para albergar grandes conciertos y representaciones teatrales.

El amplio hall central tendría dos comercios a cada uno de los lados del mismo. En la planta alta, “una confortable sala que será la sede de la sociedad, dando dos balcones de la misma hacia la platea”.

En pocas semanas se da comienzo a las obras, que avanzan vertiginosamente gracias al apoyo de importantes firmas cinematográficas. El 18 de febrero de 1955 se inauguraba el Cine Atlántida.>>. (Bonsignore, pàg. 136).

El edificio fue construido por la empresa de Luis Deana. Y la primera película que se exhibió se llamaba “Espadas Cruzadas”.

Según cuenta Eliana Casaretto su padre, que había participado desde el comienzo en el proyecto, fue comprando las acciones del edificio del cine, de a poco, a los vecinos que habían participado en la “Impulsora de Atlántida S.A.”. Y después que él falleció, su esposa, Ivonne Fuser, terminó de comprar las restantes, quedando el edificio en propiedad de la familia Casaretto – Fuser.

NACE LA HELADERÌA “LA FONTAINE”

No toda la gente de Atlántida sabe, que la primera “La Fontaine”, la original, estuvo dentro de la plaza “Artigas”, frente al cine. Allí nació como heladería. Sus primeros propietarios fueron Jorge Casaretto y Álvaro “Cholo” Pérez, quienes eran amigos y se asociaron para fundar “La Fontaine”. 

 

 
 Niñas en heladería La Fontaine - primer local frente al cine - 1956

Cuando a ese local hubo que “sacarlo” de la plaza, Casaretto y Pérez buscaron nuevos socios y formaron “La Fontaine, S.R.L.”, una sociedad empresarial que perdura hasta hoy día. Los socios iniciales de dicha S.R.L. fueron Jorge Casaretto, Álvaro “Cholo” Pérez, Omar Gatti y José María Picasso. Por supuesto que han ido cambiando los nombres de algunos socios, por venta y por el lógico paso del tiempo. 

  

La Fontaine - Dueños y personal - 1958.

Terminaba la década del 50’, cuando dicha sociedad compró la esquina donde funcionaba el “Taller de Lanza” y los terrenos linderos de ambos lados y allí se construyó un nuevo local para la heladería “La Fontaine”, así como otros locales que fueron ocupados por distintos comercios, a saber: la Ferretería de Saavedra (predio lindero a donde está la oficina de BPS.); la Peluquería de Margot; la Inmobiliaria de Gatti; la heladería “La Fontaine”, “Turismo del Este” y el supermercado “La Rueda”.

Solamente nombro los comercios que estuvieron al comienzo, porque después fueron apareciendo otros a medida que los locales fueron cambiando de rubro comercial. Por ejemplo: al irse “La Rueda”, se hicieron locales más pequeños y hubo un “Salón de maquinitas” (Amorín) y la Librería “La Polilla” (Quintans).

                                                 La Fontaine -heladería y cervecería.

Más adelante en el tiempo “La Fontaine” se convirtió en heladería y cervecería. El local tuvo una importante reforma y se extendió más hacia lo que es ahora el BPS.

Y después el local fue alquilado por el Sr. Carlos Gadea, quien realizó otra gran reforma edilicia y “La Fontaine” fue entonces un restaurante. Y en ese ramo gastronómico ha seguido funcionando hasta hoy, pero con distintos inquilinos y a veces cambiando de nombre (Ejem. La Pasiva).

 

                             La Fontaine por la noche - ya con reformas en el local

Recordemos también que, ya cerrado el Cine Atlántida, se abrió una pequeña sala de cine junto a “La Fontaine”, la cual duró muy poco tiempo funcionando, porque el negocio cinematográfico estaba en retirada en todo el país.

  JORGE CASARETTO, GENIO Y FIGURA

 Retomando la reseña sobre Jorge Casaretto, hay que mencionar que –fuera de su actividad empresarial–, siempre mantuvo una intensa participación en la comunidad dentro de distintas organizaciones sociales: Fue secretario rentado de LIFA. Fue presidente, durante varios períodos, de la Comisión de Fomento de la Escuela Nº 146 y como tal tuvo mucho que ver en la construcción de nuevos salones y baños, siendo muy recordado en dicha institución, lo que se plasmó en la nominación de la primera biblioteca escolar como “Biblioteca Jorge Casaretto” (existe una plaqueta que lo refrenda).

Fue socio fundador y directivo del “Rotary Club Atlántida” y socio del “Club Social y Deportivo Atlántida”, integrando también la comisión directiva. Asimismo, integró la “Comisión de colaboración policial”.

Allí donde hubiera una actividad social y/o benéfica, este vecino estaba presente, apoyando e impulsando en lo que fuera necesario. 

Hasta en aspectos personales muy sensibles, como nos ha dicho Eliana Casaretto que, cuando murió la Directora de la Escuela 146, en la época en la que su padre era integrante de la C. Fomento, él dispuso que fuera inhumada en el panteón de la familia Casaretto, para solucionar rápidamente una situación muy especial.

 

Plaqueta colocada en el hall principal del Edificio .

  Época actual - Fotografía de Arinda González Bo. 2024..

CONCLUSIÓN

Jorge Casaretto había nacido el 25 de octubre de 1925 y murió el 9 de agosto de 1969, con 43 años de edad.

Daría la impresión que presintió que tenía poco tiempo para realizar sus proyectos y vivió intensamente su existencia, dejando un legado para la sociedad atlantidense y para su familia que hoy aparece plasmado en “Épico”, el mercado gastronómico y centro comercial que ocupa el edificio de lo que fue uno de sus sueños cumplidos, el “Cine Atlántida”.

Pues los creadores y propietarios de “Épico” son nada menos que sus nietos. De esa manera se cierra un círculo familiar que ha echado raíces en la comunidad.

Dejo por aquí esta pequeña semblanza sobre la personalidad de Jorge Casaretto, un vecino emprendedor muy apreciado.                                                                                                                                               Wilson Mesa, febrero de 2024

 FUENTES:

–Información familiar de Eliana Casaretto Fuser y Alicia Pérez Alvariza, que mucho agradezco.

-Libro de Federico Bonsignore: “Atlántida, historia, imágenes y personalidades, a cien años de su creación”

IMÁGENES – Fotografías aportadas por Eliana Casaretto Fuser y Alicia Pérez Alvariza.

Arinda González Bo realizó el tratamiento digital de algunas de las fotografías.

 Articulo publicado en la Revista CENTRO- Nº174 - marzo de 2024.

17/2/24

MI VIDA JUNTO A IDEA VILARIÑO – JORGE LIBERATI - (2a. parte)

Idea y Jorge en 1965

MI VIDA JUNTO A IDEA VILARIÑO – JORGE LIBERATI

(Segunda parte)

Crónicas de Atlántida – por Wilson Mesa

“Hoy que el tiempo ya pasó, / hoy que ya pasó la vida,

  hoy que me río si pienso, / hoy que olvidé aquellos días,

  no sé por qué me despierto / algunas noches vacías

  oyendo una voz que canta / y que, tal vez, es la mía.”

                                Idea Vilariño

 

 INTRODUCCIÓN A LA SEGUNDA PARTE

Tal vez sea una novedad para quienes siguen mis crónicas, el hecho de que la “conversación” que tuvimos Jorge Liberati (en adelante J.L.) y yo, por mail y whatsapp, es presentada tal como se dio, con mis preguntas y sus respuestas. Estas últimas muy generosas, muy personales y muy literarias también, porque J.L. es un escritor con nueve libros publicados, colaboraciones varias como ensayista y prologuista y es, además, Profesor de Literatura, egresado del IPA. Aquí va, pues, la segunda parte de la entrevista virtual:  

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Pregunta - ¿Cómo era Idea?

J.L. – “Lo que puedo contar no es nada de lo que algunos cuentan sobre su vida. Quiero decir que hablar sobre Idea obliga, antes que nada, a hablar de una mujer con fuerte personalidad, gran contracción al trabajo y una especial sensibilidad para el arte, especialmente para la música y la poesía, por lo que la poesía representa en cuanto música.

Escribir era para ella como respirar, pero, de todos modos, el fuerte contenido íntimo que sostiene buena parte del andamiaje formal de su obra le costó siempre algunos remordimientos o el sinsabor de cierto desnudamiento espiritual.

En el diario vivir era sencilla, despreocupada de lo superfluo, ocupada de las tareas de la casa y de su mantenimiento. Era tierna, cuidadosa de la relación de pareja y confidente en los aspectos más delicados de su pasado. Hablaba en casa como escribía, su voz era hermosa y si no trabajaba en sus traducciones y ensayos, y en preparar clases, se ocupaba del jardín. También cuidaba mucho de sus hermanas Alma y Poema, que para mí fueron cuñadas fraternas y queridas, como Numen y Ema (la esposa)”.

 
                                            Idea en el jardìn.

Pregunta – Idea se casó solamente una vez y fue contigo ¿Por qué se casaron? ¿de quién fue la iniciativa?

J.L. – “Así es, Idea tuvo un solo matrimonio, el que contrajo conmigo. Al fallecer mi padre en 1975 quiso que nos casáramos, sin que yo tuviera propensión a ello. Pero lo quiso y cumplí con su deseo. ¿Por qué lo quiso? Bueno, nunca logré que me lo explicara, y ya te he dicho que ella no gustaba de mucha explicación ni de argumentos (salvo en sus ensayos). A mí me daba lo mismo porque cuando la moral funciona las responsabilidades son independientes de las obligaciones legales y son naturalmente asumidas en todo. Yo jamás esquivé ninguna de ellas, perdona la jactancia.

Nos casamos en setiembre del 75, nos separamos en 1985 y al poco tiempo nos divorciamos en muy buenas relaciones personales. Algunos biógrafos de Idea han tildado esos veinte años como de “unión esporádica” o que “no duró mucho”. ¡Se dicen tantas cosas!”.

Pregunta - ¿Convivir con una mujer con personalidad fuerte, y tan destacada en su actividad cultural, te causó problemas en tu desarrollo personal?

J.L. – “De ninguna manera, por el contrario, aprendí con ella a trabajar seriamente en lo intelectual. Hasta entonces yo era un soñador que cumplía con mi trabajo y llegado a casa carecía de disciplina para concentrarme en lo mío. Con ella aprendí autodisciplina y contracción al trabajo; por entonces supe que lo que anhelaba era difícil pero no imposible. Jamás me enseñó nada directamente (salvo francés), pero aprendía viendo cómo hacía ella, sus horarios, sus largas jornadas de trabajo intelectual, la forma de leer, la preocupación por encarar los temas con información adecuada, su modalidad crítica respecto a la literatura en boga.

Una gloria para mí fue su biblioteca, muy bien provista, en Las Toscas y en Montevideo, que me brindó generosamente. Idea nunca me dio clases particulares, por decir así, pero de la plática diaria surgía lo más valioso que pueda imaginar quien se interese por las letras y la teoría”.

 

Pregunta - ¿Discutían en algunas ocasiones?

J.L. – “La fuerte personalidad de Idea no era una gracia del cielo; si discutíamos no era para ponernos de acuerdo fácilmente, sino para procurar el fin de la discusión con un general desentendimiento mutuo y un posterior <arréglate como puedas>. Debo decir que Idea era cien por ciento intuición, convicción sin términos medios. Su disposición para el argumento no era buena y su palabra era palabra final, aunque respetaba la mía. Jamás nos perjudicamos con propósitos raros ni con conductas impropias”. 

                                                                      Vilariño en su mundo.

Pregunta - ¿El hecho de convivir con Idea te permitió conocer muchos intelectuales, escritores y artistas destacados?

J.L. – “En cuanto a vivir con alguien tan conocida, como Idea, bueno, me favorecí conociendo a sus amigos, escritores, poetas, pintores, actores de teatro, directores, filósofos. Conocí a quien fuera luego un gran amigo, Manuel Arturo Claps, su anterior pareja, el que más la cuidó, el que más hizo por ella, y a su esposa Silvia Campodónico. En las reuniones al principio yo no hablaba, mi timidez me lo impedía y no había lugar para mechar palabra. Venían a verla o nos reuníamos con personas que tenía mucho para decir y era un placer escucharlas.

Frecuentemente nos encontrábamos con Alicia Migdal, Juan Carlos Somma, Silvia Lago, Coriún Aharonián. Menos frecuentemente con Arturo Ardao, Ducho Sfeir y Carlos M. Gutiérrez, Los Olimareños, Nelly Pacheco, Jorge Curi y Mercedes Rein, Roger Mirza.

Esporádicamente nos juntábamos con Mario Benedetti, Circe Maia, Alfredo Zitarrosa, Roberto Fontana, Jorge Arbeleche, Hugo Fontana, Milton Fornaro, Alfredo Fressia, Cristina Fernández y Washington Carrasco. En Buenos Aires veíamos a China Zorrilla, Luis Gregorich, Miguel Schapire, Eduardo Rabossi y Eugenio Bulygin, un grande, que me dio consejos inolvidables. 

 

Jorge, Idea y Julio Bayce

Pregunta – ¿Hubo algún libro o poema de Idea dedicado expresamente a vos?

J.L. – “Idea me dedicó su libro de poemas “NO”, de 1980, cuando en el mismo año le dediqué a ella mi “Vaz Ferreira, filósofo del lenguaje”. El poemario contiene muchas de las que ella llamaba “Comparaciones”, y también poemas de tonalidad bastante oscura, muestra de la otra cara del despojamiento formal, quiero decir, la dimensión de despojamiento espiritual y metafísico. Me refiero al rechazo del mundo, aunque no de la vida, a su negativa ante toda justificación de la existencia. Un inconformismo anarquista que quizá le dejó su padre, don Leandro, también poeta. Son obras maestras de breves estrofas, elegías por una misteriosa e innominada pérdida, huesos sin carne, estampas de una vida cuyo destino no es vivir sino morir. También poemas en los que se adivina mi lugar en su vida, como el llamado “Si te murieras tú”.

Hay otros poemas que el paso de los años me hizo olvidar o confundir entre otros. Pero recuerdo perfectamente algunos que me fueron dedicados en ocasión de circunstancias que no puedo olvidar: “Entre”, “Para decirlo de alguna manera”, “Seis”, “El espejo”, “El ojo”, “Y qué”. Están en la edición de “Poemas de amor”, de Schapire, Buenos Aires, 1972, pero sin dedicatoria expresa”.

 

                                          Dedicatoria manuscrita de Idea a Jorge - 1972

Pregunta - ¿Seguramente conoces algunos poemas que, se dice, haber sido dedicados a Onetti?

J.L. – “La dedicatoria a Onetti es “pour la galerie”, para las apariencias, para cubrir todo con un manto dorado. Me animo a decirte que, por ejemplo, el célebre poema “YA NO”, de gran belleza, sentida y dolida profundidad, sencillez formal en un estilo que es auténtica creación de Idea y que nos conmueve a todos, apenas pertenece a la clase de experiencia amorosa que se le atribuye. Expresa un orden de desesperanza más hondo que el de una circunstancia, otro tipo de resignación o frustración de ninguna manera asociable a lo que suele asociarse. Empezando por el hecho de que no hubo separación entre ellos sino sólo la simple circunstancia de dejar de verse. El “ya no" es, lejos de una fatalidad, un ya no deseamos vernos.

En la obra de Onetti aparecen esas atmósferas cargadas de la misma densa niebla que entristece la verdad del mundo, con que también cargan los “Poemas de amor” de Idea. Los “Nocturnos”, una producción más objetiva, son de otra índole, su pesimismo otro, y en ellos ya asoma la esperanza blochiana ante la vida. (se refiere a Ernst Bloch); una velada ideología reivindicativa que luego toma cuerpo en sus poemas políticos.

Idea nunca tuvo ningún “gran amor”, ninguno, ni en juventud, ni conmigo, ni con nadie. Y el tal romance es una ficción que se “comieron” los panegiristas y todavía se “comen”. El amor al que cantó Idea es algo mucho más grande del que pudo inspirar quien en lo personal fue para ella un fantasma (Onetti). Por favor, diría a los críticos que “piquen más alto” o que busquen en lo más profundo”.

 

Propuesta final -  Jorge, te propongo que, sin preguntas, vos definas cómo ves ahora, a la distancia, tu relación con Idea.

J.L. – “Todo fue un largo sueño, pero con los inexplicables y retorcidos embarazos e inesperados desafíos que presentan las pesadillas. Una historia mágica, pero amojonada de esfuerzos en parte infructuosos, en parte fructíferos.                       Un inusitado intento por superar obstáculos a lo que sólo el amor puede hacer frente y acaso sobreponerse. Una fantasía irremediablemente acosada por la severa y casi siempre encarnizada realidad.

Y si fue un sueño, ¿acaso los sueños no son reales? ¿Por qué tú, Wilson, te has interesado por ellos?

Quizá, porque en la vida en la que quieres profundizar hay una realidad que rompe los ojos. Aquello con que se sueña puede ser todo lo irreal que se quiera, pero el sueño en sí es tan real como cualquier hecho, como lo es el sacudimiento que provoca una emoción, una obra de arte o la revelación de un misterio.

Hoy sé que fue más real que la leyenda con que se edulcora el poema de amor, leyenda muy bonita, literaria, alegórica, pero leyenda al fin. Lo que vivimos ella y yo no fue un hecho literario sino un sueño como suelen soñar los seres humanos.

Decidimos juntarnos por una afinidad manifiesta en la más vulgar de las necesidades y en la más común y corriente de las felicidades.                                 Y nos separamos por una decisión que tomamos en conjunto, no por un conflicto de los habituales al respecto.

Así como yo me hundí en un estado de angustia por largo tiempo, del que me rescató Cristina -mi actual esposa-, también Idea experimentó un dolor hasta entonces desconocido.

El hecho se inscribe en una arista trágica de su vida que, inexplicablemente, fue y sigue siendo ignorada y de la que jamás habló ni escribió. Mi lugar en ese ángulo oscuro fue borrado por ella misma debido a que carecía de relieve literario.

No se ha dicho todo y se ha abusado de la imaginación al elaborar una trama que rinde tributo al idilio. Se ignora que es una fórmula en la que ella no creía. Una creación urdida por la exacerbación de sensualidad experimentada desde su juventud, que invade el mundo del escritor y seduce a la crítica.

Se ha descuidado -o desconocido- el sentido último de su obra, el que la inspira en lo más profundo y más allá de cualquier sensibilidad a flor de piel.

Ese sentido no tiene que ver con ningún hombre sino con el nihilismo y las sombras que la persiguieron hasta el final. Su poesía contempla el detalle mínimo, el acto puro, el objeto desnudo, pero envuelto en un mundo de oscuridad y embargado por la nostalgia. Lo insignificante cobra en su obra el valor de lo venerado y adorado”.

DESPEDIDA

 Jorge Liberati ha puesto en mis manos algo más que memorias de su vida junto a la escritora tan respetada y admirada. Me ha dado, además, la confianza para publicarlas sin recortes; pero sabiendo ambos que lo que deseamos es desmitificar algunos aspectos que se le han atribuido, de manera equivocada, a la personalidad de una grande de las letras uruguayas. 

 

Actualmente, la vida de Jorge Liberati transcurre en La Floresta, junto a Cristina Espino, su actual esposa y con la que son pareja hace treinta y ocho años.

                                                                        Wilson Mesa, diciembre/ 2023.

 

Fuente de Información – La crónica está basada en el intercambio con Jorge Liberati y en las fotografías exclusivas aportadas por él.// Arinda González Bo colaboró en el mejoramiento digital de alguna de las fotografías.

Nota - Para quienes no leyeron la primera parte, pueden hacerlo en este Blog y en la Revista CENTRO Nº172, de enero/2024.

Artículo publicado en la Revista CENTRO Nº 173, de febrero 2024.

UN HOMBRE EN LA COMUNIDAD: EL LEGADO DE JORGE CASARETTO

  Cine  Atlántida - Inaugurado en 1955     UN HOMBRE EN LA COMUNIDAD: EL LEGADO DE JORGE CASARETTO                                         ...