26/12/10

La cultura "Plancha" _ artículo.



La cultura “Plancha”

Si nos atenemos a la definición que da el diccionario de la Real Academia Española para la palabra cultura
(“Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo, en una época, lugar, grupo social, etc..), podríamos afirmar que los “Planchas” constituyen un grupo cultural con características bien definidas.

Tales características van desde la vestimenta al vocabulario, las costumbres, el gusto musical, el modo de caminar, etc. Tomando específicamente el vocabulario, se podría decir que los jóvenes en general -planchas o no- tienen un vocabulario bastante escaso, formado por pocas palabras.

En el caso de los Planchas éste se reduce aún más y se torna casi en un argot o una jerga, que es muy difícil de entender si no se tienen las claves necesarias para decodificarlo.

Según algunos antropólogos son una tribu urbana, pero en realidad por la cantidad de individuos que la integran y la presencia que tienen en todos los ámbitos públicos, al parecer trascienden la clasificación de tribu para ser un grupo social cada vez más numeroso, una sub-cultura que se diferencia claramente de la cultura estándar de los uruguayos.

En realidad son un hecho social relativamente nuevo y muy urbano. No se da de la misma manera en los jóvenes rurales, quizás porque éstos tienen que “ganarse” la vida literalmente hablando. Hay quienes sostienen que su aparición comenzó después de la crisis del año 2002. Es posible que la crisis haya sido el detonante, pero sin duda la situación venía gestándose desde mucho antes, con el aumento progresivo de la pobreza y la inequidad social.

“Plancha se nace, no se hace”, esta frase se ha popularizado casi como una consigna entre los jóvenes y no tan jóvenes que se identifican entre sí como pertenecientes a ese grupo.

Todas las personas necesitan de un grupo al cual pertenecer, para identificarse, reconocerse y reconocer a sus pares dentro de la sociedad; en este caso siempre un Plancha reconoce a otro Plancha.

La palabra es bien uruguaya. Deriva de las fichas y planchas de fotos con las que la policía identifica procesados y procesadas, (porque hay mujeres Planchas también). Pero el fenómeno social no es exclusivamente uruguayo, sino que es global; en Chile son los “Flaites”, en México los “Nacos”, en España los “Canis”, en Colombia los “Ñeros”, en Argentina los “Villeros”.

Todos tienen similitudes en la vestimenta, en la gorra de visera bien curvada y la capucha, en las camperas coloridas, en los championes de marca. También en los gustos musicales. En el pelo, teñido o no, pero siempre llamativo por su corte. En la botella de plástico con alguna mezcla alcohólica. Y, sobre todo, en el lenguaje, que es una forma extremadamente deformada del idioma español. Casi inentendible.

Hay que prestar atención a todos estos símbolos porque son las maneras de identificarse; signos distintivos que ostentan como emblemas.

La música que conocen es la cumbia, el hip-hop, o el regetón en el mejor de los casos. La ponen en celular con altavoz, no con auriculares. En este caso el Plancha ha sustituido a aquellos personajes que andaban con el mini-componente al hombro, haciendo sonar la música a todo volumen. En realidad esos seres eran casi inocentes ejemplares de un pasado romántico comparados con estos muchachitos que nos imponen su chacachán-chacachán en el transporte colectivo al lado de nuestra oreja sin importarles si nos molesta o no. También es común ver cómo los transportistas se hacen los distraídos para no tener problemas.

Volviendo al tema del vocabulario, es oportuno recordar que la estructuración del pensamiento se hace en base a palabras y las palabras sirven para nombrar realidades, materiales o inmateriales. Por lo tanto sin la serie de sonidos y signos convencionales unidos (las letras, que a su vez forman las palabras) no hay manera, no ya de expresar un pensamiento, sino sólo de concebirlo, de tenerlo en el cerebro siquiera, dicho esto con lenguaje llano para que se entienda. Entonces tenemos que, cuanto menos vocabulario menos pensamiento inteligente, el único capaz de permitir al ser humano evolucionar hacia formas superiores de la cultura humana, tanto local como universal.

Estos jóvenes con pocas palabras van armando sus frases que pasan de unos a otros con un aprendizaje puramente oral y por repetición. Una especie de “lunfardo” urbano del siglo XXI.

El vocabulario plancha se puede encontrar en “diccionarios” que circulan por Internet, he extraído algunos ejemplos, sólo para mejor ilustrar lo expresado anteriormente :

-Amistá _ Manera en que los planchas se llaman entre ellos o se dirigen a otros. También utilizan “pelao” y “amistiki”.

-Andar quebrando _Significa hacer estragos, llamar la atención en la calle. ."Andás quebrando con esas "bases”, pelao".

-Canuto _ Escondido, encanutarse - esconderse

-Bases _ Calzado, casi siempre deportivo. También pueden ser las “naves” o las “ruedas” o las “Pipas”, por el logo Nike

-Brillo _ Moneda, dinero."¿Sale un brillo pa'l vino, amistiki?”

-Chapa _ Sinónimo de “brillo”. Guita.

-Chichi _ Mujer, muchacha, chica (término muy común en las cumbias villeras argentinas).

-Flashear _ Tener un flash, perderse, "quedar colgado". También se utiliza para hacer alusión a un sentimiento. "Quedé flasheado con esa chichi."

-Todo joya _ Todo bien.

-Rati _ Es "tira", al revés. Policía. También es la “yuta”

-Rescatarse _ (por deformación_ recatáte)_Sinónimo de "ocuparse" de lo suyo, hacé la tuya, estar en la tuya. "Recatáte pelao y quedáte canuto".

Este lenguaje comienza a extenderse y se observa no sólo entre los Planchas, como ya dije; pero en éstos el fenómeno se agudiza y se convierte en un factor de marginación más. Y digo un factor más, porque otros son la pobreza, la no permanencia en la educación formal, la marginalidad ante la ley y sobre todo la falta de hábitos de trabajo. Tienen mucho tiempo libre, ocio improductivo y ocasión de estar en lugares públicos todo el tiempo haciendo simplemente “nada”; nada de provecho al menos.

No se puede afirmar que todos los Planchas sean drogadictos o que todos sean delincuentes, “chorros” y “rastrillos”, como se llaman entre ellos mismos. Pero si es dable pensar que los hay. También es una realidad que son comunes las denuncias policiales por robos a jóvenes en la calle y que los artículos más codiciados son camperas, “championes”, celulares, gorras y lentes de sol; justamente los elementos distintivos de los Planchas.

Tampoco se puede afirmar que todos los Planchas sean marginales, pero creo que sí podríamos decir que todos los jóvenes marginales son Planchas.

Y la marginación social aumenta porque no se los entiende y lo que no se entiende se rechaza y se procura ignorar. Pero no se puede ignorar a los Planchas todo el tiempo, porque son cada vez más y tienden a ocupar los espacios públicos, las calles, las plazas, los ómnibus, los lugares bailables, el fútbol, el básquetbol, etc. Y la gente “común” se va retrayendo y rechazándolos. No debería ser ésa la respuesta más acertada de una sociedad, sino procurar la integración de todos sus componentes. Pero…¿Cómo?

La apuesta tiene que ser a la educación, educación y educación. Fuentes de trabajo y educación. Creación de institutos politécnicos que combinen, o alternen, o sustituyan –según el caso- los saberes intelectuales con la destreza manual. Que los y las jóvenes marginados tengan la oportunidad de aprender oficios si no son capaces de mantenerse en los Liceos. Que aprendan al mismo tiempo a ocupar su tiempo de manera útil, de encontrarle un sentido a sus vidas. Nada menos que ésa es la tarea que ha de imponerse la sociedad uruguaya si no quiere subdividirse en ghetos, como podrían ser -simplificando mucho- ricos y pobres, marginales y no-marginales, Planchas y chetos, hasta finalmente terminar en el extremo de “buenos y malos”.

Esto no va a suceder, porque siempre las sociedades reaccionan, se recrean y reconstituyen. Pero los límites siempre son difusos, cambiantes y los cambios sociales –para bien o para mal- son a largo plazo.

La presencia de los Planchas hoy es la consecuencia de políticas de estado no asumidas hace más de veinte años. Eso no debería seguir sucediendo.

...................................**................ Wilson Mesa _ mayo de 2010

Foto _ de Internet.
Nota publicada en Semanario "Minuano" y en Semanario "Gaceta" de Atlántida.

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