EL PASO DE LAS TOSCAS – Un lugar histórico
Crónicas de Atlántida - por Wilson Mesa
El topónimo LAS TOSCAS, que ahora designa a un Balneario de la costa de Canelones, existe desde la época colonial, cuando el Uruguay no se llamaba así, sino “Banda Oriental”.
Cuando aún no existían caminos y carreteras, tampoco puentes de ningún tipo, los “Pasos” sobre los arroyos y ríos se convertían en lugares estratégicos para la vigilancia del territorio y también para el traslado de personas y mercancías de todo tipo.
El llamado “Paso de Las Toscas” -sobre el arroyo Solís Chico- estaba ubicado, aproximadamente, donde hoy todavía se encuentra el puente de ferrocarril de la línea que iba hacia el Este, tendida por los ingleses de la compañía “Uruguay Great Eastern Railway”.
Por supuesto que tanto la vía férrea como el mencionado puente están actualmente fuera de servicio.
También en esa época existía un camino muy rudimentario que se desviaba del “Camino a Maldonado” (actual Ruta Nacional Nº 8) hacia la costa; a este desvío se le llamaba “Camino al Paso de Las Toscas”, tal vez buscando una mejor forma de vadear el arroyo Solís Chico.
En este caso en particular, el “Paso”, que se encontraba a unos dos kilómetros y medio de la desembocadura del mencionado arroyo en el Río de la Plata, prestó su nombre a toda la zona circundante, incluyendo el bañado que lo rodeaba, y a la estación de ferrocarril de Atlántida, cuyo primer nombre fue “Estación Las Toscas”.
¿QUÈ ES LA TOSCA?
El lecho del arroyo en ese lugar mostraba abundancia de toscas, pedruscos de color terracota o rojizo. En Uruguay “tosca” es un nombre comercial que alude a varios tipos de materiales pétreos que sirven generalmente para pavimentar calles, o para base de pavimentos bituminosos.
Básicamente, en la mayoría de los casos se trata de materiales originados de la alteración de rocas ígneas y metamórficas, o de depósitos sedimentarios poco consolidados. Varios tipos de roca pueden ser utilizadas como tosca, siempre que cumplan algunos requisitos comerciales mínimos, tales como tener alguna cantera próxima al centro de consumo u obra. Es un material de bajo costo y buen resultado.
LAS GUARDIAS MILITARES
Ya mediado el siglo XVIII se encontraban apostadas a lo largo de todo la costa del sur, entre Colonia del Sacramento y el arroyo Chuy, puestos militares de vigilancia conocidos como “Guardias”.
En el territorio de lo que hoy es el departamento de Canelones se ubicaron tres Guardias: la de Pando, la de Mosquitos y la de Solís Grande.
En relación a la que nos interesa en esta crónica, encontré la siguiente referencia:…<< La Guardia de Mosquitos se encontraba sobre la margen izquierda del arroyo Solís Chico, cerca del “Paso de Las Toscas”, donde años más tarde se construiría el puente del ferrocarril. No se conoce su posición certera, pero fue la última de las tres en ser instalada, en 1799, fecha en que se construyeron ranchos y corrales. A principios del siglo XIX la Guardia estaba a cargo de Tomás Burgueño….>>.(Bonsignore, pàg.21).
Es posible deducir que, de tanto nombrar el lugar como Las Toscas, a dicha Guardia se le pasó a llamar como “Guardia de Las Toscas”. Un pequeño destacamento militar encargado de controlar el pasaje de personas y mercancías hacia el este o hacia Montevideo.
Otro historiador local menciona lo siguiente: “…Solo sabemos que poco después de las Invasiones Inglesas, Don Tomàs Burgueño era comandante de la “Guardia de Las Toscas”, ubicada a muy poca distancia del paso homónimo sobre el arroyo Solís Chico. Sabemos que abrazó la causa artiguista desde la primera hora, fue soldado y llegó a ser Teniente Coronel del ejército patriota. Junto a José Artigas estuvo en las buenas y en las malas, en los éxitos y en La Redota. Probablemente, durante el largo camino del Éxodo toda la familia le acompañó.” (Gutiérrez, pág.136).
Agrego yo que Tomás Burgueño, en 1815, gracias al “Reglamento Provisorio de Tierras” artiguista, recibió en pago de sus servicios una suerte de estancia sobre la costa del Solís Chico y que uno de sus numerosos descendientes, Zenòn Burgueño, fue el fundador de la población de “Mosquitos” (hoy ciudad de Soca).
EL TERRITORIO COSTERO
El territorio costero canario, entre el arroyo Pando y el arroyo Solís Chico, tuvo distintos dueños que sería largo enumerar aquí, pero hacia 1880 había sido adquirido por dos grandes “terratenientes”, Albino J. Olmos y Agustín Hernández.
Mientras la “Ensenada de Santa Rosa” estaba dentro de los campos de Olmos, el “Paso de Las Toscas” era parte de las propiedades de Hernández.
En realidad eran grandes arenales sin pasturas, que no tenían mayor utilidad para la cría de ganado, pero que encerraban un paraíso secreto: las playas con sus arenas doradas y sus hermosas aguas aptas para los baños de mar.
Pocos años después algunos emprendedores compraron estas tierras a descendientes de los nombrados y fue así que comenzaron las primeras plantaciones de árboles y los visitantes de verano cada vez fueron más, hasta llegar al nacimiento de los primeros “Balnearios”.
Esta es la historia del topónimo LAS TOSCAS, contada muy brevemente.
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Quiero dejarles también un poema de un autor lugareño, que supo ubicarse en la época de los carreros que pasaban por el lugar y plasmarla en estos hermosos versos:
EL PASO DE LAS TOSCAS
Cruzando por el tiempo voy, detrás de mis ansias
voces de lejanía me traen las madrugadas,
se quejan las carretas bajo soles y heladas
del Paso de Las Toscas, piedras son las distancias.
Rubios los arenales, reverberan sus soles,
arisco en espadañas sale al cruce el bañado.
Y ahí va el carrero arreando su silbo acompasado
con el andar cansino de los bueyes lerdones.
Pasan lentas las horas, el camino es muy duro,
se consumen las leguas, se consumen los días,
musical esperanza que trepa melodías
siempre la vista al frente, y siempre sin apuro.
Rompe el silencio el viejo traquetear de las ruedas,
arroyo y serranía tras la niebla azulada,
buscando mediodías avanza la jornada.
Horizontes de piedra, tras de las polvaredas.
Soñando el Solís Chico siluetas de otros tiempos
al Paso de Las Toscas se lo llevó el progreso.
¡Quién sabe y estos versos te traigan de regreso
y crucen como entonces carretas y recuerdos!
CLAUDIO TACHINO
CONCLUSIÒN
Cuando uno va a conocer el lugar difícilmente pueda imaginarse tanta historia detrás de un sitio muy tranquilo, con el arroyo pasando lentamente hacia su final en el Río de la Plata y un puente ferrocarrilero abandonado y con muestras evidentes del paso del tiempo.
Pero tenemos que saber que esa historia existió, que “anduvo” por estos pagos costeros y es la explicación de topónimos que no sabíamos de dónde venían…. y hasta de apellidos, como es el caso de “los Burgueño”, cuyo origen está relacionado con el primer comandante de la “Guardia del Paso de Las Toscas”.
Wilson Mesa, enero 2021.
FUENTES DE INFORMACIÒN
J. M. Gutiérrez Laplace - Libro “Atlántida _Un sueño que surgió desde las olas”.
Federico Bonsignore Caro - Libro “Atlántida: historia, imágenes y personalidades, a cien años de su creación”.
Información geológica – Geóloga Valeria Mesa.
Arinda González Bo - Libro “Atlántida Centenaria – Guía Turística, Histórica y Cultural”..
IMÀGENES _ Fotografías actuales de Arinda González Bo.
Recreación digital del “Paso de Las Toscas”, sin el puente, también es de A. G. B.
NOTA - Artìculo publicado en la Revista CENTRO Nº 137 -Febrero 2021.
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