8/8/20

LA PALMERA DEL MERCEDES

 

 LA PALMERA DEL MERCEDES

Crónicas de Atlántida – Por Wilson Mesa

 Tal vez resulte extraño que el tema principal de esta reseña sea una planta. Pero digamos que no es cualquier planta. Es una palmera cuasi centenaria que se conserva entre nosotros y que ya se ha convertido en una especie de leyenda patrimonial comunitaria.

En realidad, esta historia empezó a escribirse hace bastante tiempo, a partir de una extensa entrevista que realizamos con Olga Pìriz y Arinda González a la Sra. Criselda Díaz de Liberatti, en el año 2011. (Actualmente nuestra entrevistada ya falleció, pero ha quedado grabado su testimonio, al igual que el de muchas otras personas que formaron parte de la primera historia del Balneario).

A ella fue que le oímos hablar -por primera vez- de esta palmera y comenzamos a mirarla como objeto de un posible relato sobre ella.

Dicho ejemplar vegetal permanece en el imaginario colectivo como “la Palmera del Mercedes”.

Porque está atado indisolublemente a la vida del “Mercedes Hotel”, puesto que fue en sus patios que se plantó y allí creció, conservándose hasta el presente.

 

UN POCO DE HISTORIA

Cuando el “Mercedes Hotel”, en el año 1923, abrió sus puertas en la esquina de las Calles 11 y 22, con el señor Gabriel Liberatti y su esposa al frente del emprendimiento, el Balneario estaba en la etapa de “la playa de los médicos”. Ya que Natalio Michelizzi no había hecho su aparición aún.

En el momento de mayor esplendor del mencionado hotel, Gabriel Liberatti y su familia eran propietarios no solamente del edificio central sino de casi toda la manzana; y de terrenos en su frente, donde había una placita de juegos con una fuente. También eran suyos varios solares, por la Calle 22 -manzana del frente-.

El hotel tenía canchas de tenis sobre la Calle 11; así como habitaciones para el personal, un lavadero y otras dependencias que daban a la Calle 3.

En suma, era un emprendimiento muy importante que recibía un turismo de mucho poder económico.

 ¿POR QUÉ SE LLAMÒ MERCEDES?

 El nombre del hotel tiene una explicación sencilla, la “gallega” doña Mercedes Ruiz, era la esposa del fundador del hotel, Gabriel Liberatti, italiano de nacimiento. Este matrimonio tuvo seis hijos, cuatro varones y dos mujeres: Gabriel, Mario, Rolando, Juan Carlos, María Luisa y Lisis.

 

¿CUÀNDO APARECE LA PALMERA?

En la entrevista del año 2011, la Sra. Criselda Díaz –esposa de Rolando Liberatti- nos contaba con respecto a la “Palmera del Mercedes”, lo siguiente:

<<…Decìa mi suegra que un día le habían traído una palmerita así de grande (señala con las manos un tamaño pequeño) y ella se dijo… la voy a plantar aquí; hizo un huequito con las manos y la plantó. Y allí quedó aquella plantita…Cuando me casé con Rolando la palmera tendría unos dos metros de altura, nomás. Era un tronco y las ramas…Yo me casé en el año 43 y recuerdo que la palmera era baja y de tronco ancho….Pasábamos junto a ella cuando nos íbamos a dormir a nuestras habitaciones, por un caminito que había, pasando por detrás de las canchas de tenis y junto al lavadero. Casi que íbamos a dormir nomás porque siempre estábamos en el hotel….A esa palmera uno de mis hijos la había agarrado para jugar se sentaba recostado en el tronco y jugaba horas allí con un camioncito de juguete que tenía…Era gordita, preciosa, nos daba sombra y como que jugaba con mis niños.…(suspira profundamente)…Cuando se perdió el hotel, esa palmera empezó a crecer…Es una cosa increíble, yo estaba muy impactada y recuerdo que escribí una poesía sobre eso…De pronto se fue, se fue alto, como diciendo se fueron todos pero yo me quedo aquí para cuidar los recuerdos…Mirando desde allá arriba, pienso yo…Todos se fueron y ella se quedó…Me parece que fuera el alma de mi suegra mirando todo aquello…>>. (Transcripto de una entrevista a Criselda Díaz de Liberatti).

¿Qué especie de palmera es?

 Se trata de una palmera de la especie “Washingtonia robusta”, la que todavía se yergue orgullosa dentro de la manzana formada por las Calles 11, 22, 3 y 24.

Es un ejemplar que ha transcurrido décadas y décadas, ha soportado vientos y soles. Ha visto crecer y desparramarse familias que a su alrededor vivieron y soñaron.

Demás está decir que ha sobrevivido a quienes la plantaron y la disfrutaron en sus primeros años.

La “Palmera del Mercedes” es de la misma estirpe que los ejemplares plantados en la rambla hace más de cien años y que todavía están allí, embelleciendo el lugar.

<< Washingtonia robusta (palmera de abanico mexicana) es una especie de planta perteneciente a la familia Arecaceae. Es una palmera originaria del sur de la península de Baja California, México.

Con tronco esbelto y simple pero de mucha altura, engrosado en la base, revestido por los restos de las hojas ya secas que forman un característico aditamento, aunque desaparece con el tiempo.

Presenta hojas en abanico, con hilos blancos y largos en la juventud que desaparecen con la edad, divididas casi hasta la mitad, con segmentos pendientes, con pecíolos largos de bordes espinosos. Inflorescencia en la base de las hojas inferiores, ramificada y pendiente. Frutos esféricos, muy pequeños y numerosos, de color negro.>>. (Wikipedia).

LAS PALMERAS NO SON ÀRBOLES

 Es común encontrar textos en los que se dice que las palmeras son árboles, pero la realidad es que no tienen nada que ver. Aunque ambos tipos de plantas pueden llegar a alcanzar alturas asombrosas y tienen un valor ornamental muy importante, sus similitudes terminan ahí. 

A diferencia de los árboles, las palmeras son hierbas gigantes, lo cual significa que lo que nosotros llamamos tronco de una palmera es en realidad un estípite, un “falso tronco” y está formado por los restos de las hojas de las generaciones anteriores.

Por consiguiente, no podemos determinar la edad de una palmera por el tronco, ya que la misma se determina por el número de anillos que el tronco de los árboles tiene cuando es talado, y en este caso la palmera carece de ellos.

Tampoco podemos encontrar ramas que se vayan expandiendo y creando una especie de copa, algo también típico en los árboles.

Las raíces son adventicias, es decir, salen todas de la base del tallo, y son también superficiales (no suelen profundizar más de 60cm).

 La resistencia de las palmeras

 Aunque de apariencia frágil las palmeras son mucho más resistentes que los árboles de copa ancha, o que las coníferas como los pinos. Eso se debe a su flexibilidad; porque la estructura de las palmeras funciona de forma similar a los edificios diseñados contra los terremotos. No se trata de buscar una mayor rigidez para contrarrestar los temblores o fuertes vientos, sino de absorber la energía mediante la elasticidad. Ese es el secreto de la supervivencia de las palmeras. 

 UN TEXTO PARA “ELLA”

 Schubert Dìaz, habitante del “barrio” del Mercedes desde que nació, ha escrito un texto dedicado a “Ella”, un fragmento del cual transcribo aquí:

<< ¡¡Cimbreante, espigada, elegante, alta y con bastantes años!! Ja hasta los aviadores la tienen como referencia para poder cruzar por este espacio aéreo, ja. Ja.

¿Exagero? ¡¡No como voy a hacerlo si ella es así, y está aún ahí!!

Sacude la cabeza y nos dice ¡¡Hola, hola!! Cuando hay una tenue brisa, y cuando el viento es un poco más porfiado " Ella" se pierde entre esas edificaciones y cuando "Ella" está gozando de un buen clima las sobrepasa a todas y ahí está, y sigue entre las araucarias que parecen ser sus escoltas.

Esa simbólica criatura alta, cimbreante, elegante con su larga vestidura marrón y su blusa tropical, que allí sin dar un paso es la envidia y el orgullo de cuanto ser que la observa.

"Ella" es divisada de cualquier lugar de este pueblo.

"Ella" avisa cuando realmente el viento arrecia, se encorva tanto que de mi ventana dejo de verla, y por allá sale saludando con su sombrerito de hojas, ja, ja, y lo que yo vi, veo y espero poder seguir viéndola es….que me parece que sonríe.. cuando hace su aparición...!!

Bueno y como toda dama "Ella" nunca deschavó su edad, yo la estoy viendo hace como 70 y pico, y ya estaba crecidita….>>. (Schubert Díaz).

CONCLUSIÒN

 En los últimos años se han plantado muchas palmeras, en la rambla y en las veredas del Balneario. Las hay de distintas especies, sobre todo del tipo “Pindó” (Syagrus romanzoffiana), que es de crecimiento rápido y gana altura en poco tiempo.

Otras especies de palmeras que siempre hubo entre nosotros –aparte de las “Washingtonia robusta”-, son “Canarias” (Phoenix canariensis); “Yatay” (Butia yatay) y “Butiacera” (Butia capitata”).

Hay una frase de Elton Trueblood muy conocida:Quien planta árboles bajo cuya sombra sabe que tal vez nunca se va a sentar, ha comprendido el verdadero sentido de la vida”.

Puede que este ejemplar del que hablamos sea una muestra viviente de dicho enunciado.

“La Palmera del Mercedes” ha sobrevivido a muchas personas que tuvieron que ver con ella de distintas maneras y ahí está, testigo mudo del paso del tiempo y de la vida.

 Wilson Mesa, julio 2020.

Fuentes de información:

Entrevista a Criselda Díaz de Liberatti. (Ella nos aclarò que su nombre era Criselda y no Griselda).

Agradezco especialmente la colaboraciòn de Gabriela Burgueño, en relato y fotos.

Agradezco a Schubert Díaz la autorización para utilizar su texto.

https://universopalmeras.com  

Artìculo publicado en la Revista CENTRO, Nº 131, de agosto 2020.

1 comentario:

Recomenzar dijo...

Una maravilla de entrada
pero demasiado larga prara ser blog un abrazo desde Miami cerca del mar

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