100 AÑOS
DEL HIMNO DE
LOS TANGOS
LA CUMPARSITA
Crónicas de AtlántidaLA CUMPARSITA
“Si supieras
que aún dentro de mi alma
conservo aquel cariño
que tuve para ti.
Quién sabe si supieras
que nunca te he olvidado
volviendo a tu pasado
te acordarás de mí.”
A partir de haber visto “las letras de
Atlántida” intervenidas -tal como muestra la fotografía- para recordar los 100
años del tango La Cumparsita, se me ocurrió tomar el acontecimiento como tema
de esta crónica mensual.
Aclaro de antemano que no
soy “tanguero” pero, sin duda que como uruguayo siento inmenso orgullo de que un autor nuestro haya creado
una obra musical que es conocida a nivel mundial.
Generalmente sucede que a los
artistas, personalidades y obras artísticas uruguayas que se destacan, nuestros
hermanos argentinos prefieren llamarlas “rioplatenses” (tal es el caso de
Carlos Gardel, Irineo Leguisamo, Santiago Gómez Cou, Florencio Sánchez, China
Zorrilla, y tantos otros ejemplos). Por lo tanto no es extraño que La
Cumparsita también sea mencionada como una obra rioplatense. Pero, en este caso
hay un motivo especial, como verán más adelante.
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Voy a tomar como referente principal, para contar
la historia de creación de este tango inmortal, a la escritora Rosario
Infantozzi, por ser sobrina-nieta de Gerardo Matos Rodríguez y haber
investigado y escrito mucho sobre el tema. En distintas entrevistas, en un
libro y en guiones cinematográficos, ella ha ido contando cómo nació la obra y
los posteriores sucesos alrededor de la misma. Téngase en cuenta que Infantozzi
nació en el año 1947 y su tío-abuelo (Matos Rodríguez) murió en el año 1948,
por lo cual se puede decir que no lo conoció; pero su abuela, Ofelia, guardaba
celosamente en su memoria, y en documentos, el legado de su hermano, el autor
de La Cumparsita.
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Según Infantozzi, Gerardo Matos Rodríguez no tenía estudios
de música, pero tenía un gran oído. Era capaz de escuchar una sinfonía de
Beethoven y tocarla en el piano intuitivamente. Gerardo y Ofelia eran hijos de Emilio
Matos y Edelmira Rodríguez. Su padre se había formado en Europa en materia
contable y logró escalar posiciones desempeñando tareas para prestigiosas
firmas montevideanas. También fue tenedor de libros en el famoso cabaret “Moulin Rouge”, lo que al
parecer introdujo en la bohemia montevideana a padre e hijo. Este último era un
estudiante eterno de arquitectura y miembro de la Federación Uruguaya de
Estudiantes. A los 19 años Gerardo se enfermó
de algo que él pensaba que era tuberculosis. En una de esas noches donde la
fiebre era muy alta, “escuchó interiormente” los acordes de lo que sería su
mayor composición. Cuando a la mañana siguiente se sintió mejor, se dio cuenta
que aquello maravilloso que había oído se le estaba borrando y no sabía cómo conservarlo.
<<Gerardo no sabía escribir
música. Y estaba tan enfermo que ni siquiera podía levantarse para sentarse al
piano. Pintó entonces las teclas de un piano en un pedazo de cartón que apoyó
sobre su falda en la cama y “tocó” silenciosamente las notas que su hermana
-una joven un poco mayor que él- anotó en un pentagrama casero, sin clave. Fue
una especie de travesura de dos hermanos en la hora de la siesta>>. (Infantozzi).
<<Pero las notas solas, en el
papel y sin clave musical, no alcanzaban para definir una canción, por lo que
el joven silbó la melodía para su hermana. Ella se dio cuenta que era un tango
y se enojó muchísimo con él, porque en ese momento un tango no era algo que una
chica de familia pudiera tocar. Y mucho menos escribir >>. (Infantozzi).
Igual no bastaba con lo que había
hecho Ofelia, había que pasar aquellas notas rudimentarias a un pentagrama con
su clave. De eso se encargó Carlos Warren. Siempre con la esperanza de Matos
Rodríguez de que su creación fuera conocida por Roberto Firpo, un músico
argentino que actuaba en el café “La Giralda”, en la Plaza Independencia.
El día 19 de abril de 1917, La
Cumparsita fue “oficialmente” presentada en sociedad. Ocurrió en “La Giralda”
café y confitería, ubicado en el sitio donde hoy se encuentra el Palacio Salvo.
Actualmente funciona allí –dentro del
Palacio Salvo- el “Museo del Tango” y en el mismo La Cumparsita tiene un lugar
muy especial.
ORIGEN DEL NOMBRE
La “leyenda” más difundida dice que Matos
Rodríguez compuso La Cumparsita para la Federación de Estudiantes del Uruguay.
Y que fue una marcha -o “marchita” según sus detractores- para una comparsa de carnaval
formada por sus amigos y compañeros de estudios.
La comparsa era nombrada –tal vez con
cierto encono- como una “cumparsita de los estudiantes”, y fue así que entre
ellos nació ese nombre para la obra creada por Gerardo Matos Rodríguez.
Es cierto que La Cumparsita era una
canción para bailar, porque originalmente no tenía letra. Pero, según los
familiares, no fue nunca una marcha.
<<Mi abuela nunca en la vida
salió a la prensa, salvo una vez, por la década del 60, porque Firpo dijo: “a mí
me trajeron una marchita y yo la convertí en tango”. Si no hubiera sido un
tango, mi abuela no se hubiera enojado. Yo tengo notas de prensa del doctor
Introini, que fue uno de los compañeros de la Federación de Estudiantes, quien
estaba en el momento en el que él la tocó por primera vez y fue uno de los que
le puso el nombre. Él dice que es un error considerar que era una marcha de
Carnaval….>>. (Infantozzi).
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Roberto Firpo había ofrecido a Matos
Rodríguez arreglar un poco la composición y que compartieran la autoría, pero
el joven se negó.
La música tuvo gran éxito esa noche, y Matos
Rodríguez decidió entonces vender la obra a la Editorial Breyer, de Argentina.
<<En aquel entonces se pagaba 5 pesos nacionales, y él pide 50, una cosa
desmesurada. Pero se lo dieron. Y él se olvida de La Cumparsita>>. (Infantozzi).
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Siete años más tarde, estando en París, Matos
Rodríguez se enteró que su tema era famoso y que había personas dispuestas a
pagarle buen dinero por más obras. A raíz de ello comenzó clases de composición
y armonía.
Después supo también que en Buenos Aires, los músicos Pascual Contursi y Enrique Maroni, le habían puesto letra a su tango, sin su permiso expreso y le habían cambiado el nombre para llamarlo “SI SUPIERAS”. Con ese nombre la había grabado Carlos Gardel –a quien consideraba su amigo- en el año 1924.
Muy enojado por lo que consideraba una osadía y una traición, Matos Rodríguez creó su propia letra –que nunca consiguió “prender” de la misma manera que la interpretada por Gardel–, pero por otro lado logró recuperar los derechos de su obra, que había vendido a “Breyer Hermanos”.
No solamente empieza a vivir de los derechos de
autor de La Cumparsita, sino que también tiene la posibilidad de oponerse a la
otra letra, y lo hace entablando un juicio.
Matos Rodríguez recurrió al auxilio del Dr. Calatayud,
un joven abogado uruguayo, que llevó adelante las acciones legales para
deshacer la venta de los derechos a “Breyer Hnos”.
En 1926 le puso otra letra a su tango y obligó a la
editorial a la publicación oficial. También
fue registrada en la Biblioteca Nacional, el 9 de noviembre de 1926.
Esta variante es recogida por el tenor Tito
Schipa, quien la graba en el año 1930. Mucho después
la grabó el cantor Ángel
Vargas, con la orquesta de Ángel
D'Agostino, en el año 1945. Pero ninguna otra letra “prendió”
en la aceptación masiva, como la de Contursi – Maroni, y que popularizó Carlos
Gardel. (Se
puede encontrar en Internet las dos letras completas).
UN LARGO
PLEITO
Muerto Pascual Contursi, el 16 de marzo de 1932, Hilda Briano (su viuda) y Enrique Maroni
iniciaron acciones legales contra Matos Rodríguez, por reconocimiento de
derechos como co-autores de la obra en cuestión. Fue un larguísimo pleito que
se resolvió cuando también Matos había muerto. El 10 de septiembre de 1948 se emitió
un laudo arbitral al que se habían sometido finalmente las partes, quedando
zanjadas las cuestiones referentes a los porcentajes por derechos de ejecución,
fotomecánicos, y de inclusión en películas. Gracias a dicho laudo, los
beneficios que este tango genera se reparten en un 80% para los herederos del
uruguayo Matos y el 20% restante para los herederos de los
argentinos Contursi y Maroni.
<<Entre 1941 y 1948, año en que él muere,
fue terrible. Creo que el pleito lo mató>>. (Infantozzi).
Matos Rodríguez tuvo un derrame cerebral que lo
llevó a su fallecimiento, con 51 años.
Fue su hermana, Ofelia, quien luego decidió darle a
los letristas lo que pedían para ponerle punto final a la disputa.
¿POR QUÉ EL ÉXITO
DE LA CUMPARSITA?
Además de su valor musical intrínseco,
parte del éxito de La Cumparita se debe al contexto histórico y social. El tema
nace en una época bisagra para el tango, porque surge el tango canción y aparece su voz mayor, Carlos Gardel.
En la década
de 1930, cuando el tango se consolida como baile, La Cumparsita –interpretada
por la orquesta de Juan D’Arienzo– consiguió conquistar al mayor público. Esta
grabación es uno de los grandes emblemas del triunfo de La Cumparsita.
UNA MÚSICA TABÚ
La directora del “Museo del Tango”, Mónica
Kaphammel, en una entrevista para CNN en español, ha dicho lo siguiente con
respecto a La Cumparsita: <<
Antes de La Cumparsita, el tango era música tabú; si se quiere,
música del bajo. Era cosa de hombres. Las mujeres de la casa ni escuchaban
tango, ni bailaban tango. Eso era de los burdeles. El hombre iba a bailar
tango con las mujeres de los burdeles. No era algo socialmente aceptado. Estaba
mal visto. Pero la transformación que hizo La Cumparsita es precisamente esta,
hizo que el tango ingresara a los hogares. Esto gracias a la letra compuesta en
1924 por el argentino Pascual Contursi, una composición que le cambió la
cara al tango de ese momento.
Ahí es de donde viene el “conflicto”
entre Argentina y Uruguay: porque la letra es de un argentino y la música es de
un uruguayo…..>>. (Kaphammel)
ALGUNOS DATOS MÁS SOBRE El HIMNO DE
LOS TANGOS
La versión de Carlos Gardel vendió
500.000 copias cuando fue lanzada, es tal vez una de las más famosas de la
historia y hace parte de las más de 1.200 versiones que se han grabado hasta la
fecha. Hay versiones en japonés, Italiano, inglés, guaraní, quechua, vietnamita
y portugués.
En el año 1998, La Cumparsita fue proclamada “Himno
Cultural y Popular de la República Oriental del Uruguay”.
En el año 2009, cuando UNESCO declaró al TANGO como
un “Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad”, La Cumparsita se confirmó
como uno de sus temas más representativos.
En este año, 2017, ha sido tomado como el tema
central para el “Día del Patrimonio”, y hay celebraciones especiales para
conmemorar los 100 años de creación del tango más famoso del mundo.
**
Rosario Infantozzi pone en boca de Matos
Rodríguez, estas palabras:
<<Creo que nunca pude hacer
otro tango igual... Más adelante compuse otros tangos y otras músicas, algunos
quizás mejores que el primero. Pero éste (La
cumparsita) encierra un mundo de ilusiones y de tristezas, de sueños y
de nostalgias que sólo se viven a los veinte años. Fue un momento mágico. Y
mágico fue su destino ¡Cuántos misterios en torno a él, cuántos pleitos! Ríos
de tinta y kilómetros de papel se ha utilizado para enaltecerlo o hacerlo pedazos…>>.
(Del libro “Yo, Matos Rodríguez, el de
La cumparsita).
Wilson Mesa, octubre de 2017
Fuentes de información
Rosario Infantozzi – Libro “Yo, Matos
Rodríguez, el de La Cumparsita”.
http://www.todotango.com/historias/cronica/90/La-cumparsita/
Diario
El Observador - http://especiales.elobservador.com.uy/cumparsita/
CNN
- https://cnnespanol.cnn.com/tag/la-cumparsita/
Imágenes _ Fotografías de Yessabeth Facelli, “Las letras de Atlántida intervenidas”.
Otras imágenes extraidas de Internet.
"Pareja de tango" - Pintura acrílica de Arinda González Bo
Artículo publicado en la Revista CENTRO, N°98, de noviembre 2017
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