11/4/13

El día que se cayó la proa de "El Águila" _ Artículo

 
("El Águila", pintura de Graciela Migala)
                     
 El día que se cayó la proa de "El Águila"

En una entrevista que le realizáramos, con Arinda González y Olga Píriz, al Sr. Federico Molinari, en el año 2010, él nos contó que recuerda el exacto día en que se cayó la proa de la construcción denominada La Quimera o El Águila, ubicada en las barrancas de Villa Argentina, frente a la Ensenada de Santa Rosa. 
Siempre según el relato de Molinari, el derrumbe sucedió en la noche entre el 12 y el 13 de julio del año 1982. Recuerda exactamente el hecho porque el día anterior él estuvo sentado en la mismísima punta de la proa del supuesto barco, que avanzaba por delante del cuerpo de El Águila.
Esa noche del 12 de julio Federico Molinari pernoctó en una casa de Villa Argentina muy cercana al “pájaro de piedra”. Cuenta que se desató una gran tormenta y en determinado momento sintió, sobresaliendo del fragor de la tempestad, un ruido impresionante que hizo temblar la tierra.
Al otro día muy temprano se asomó a la costa y el símil de barco, con dos puntas en la proa, se había partido y estaba derrumbado en la base de la barranca, rompiendo para siempre la estética general de La Quimera, de la cual solo va quedando en pie lo que se conoce hoy.
 
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 La Quimera (El Águila) fue construida por el Sr. Juan Torres, entre 1945 y 48, a pedido del empresario Natalio Michelizzi y ubicada en los jardines de la vivienda de su propiedad denominada El Barranco. En esa casa vivió, en ocasiones, Michelizzi con Marcela Benincampi y, posteriormente, también la utilizó el hijo de ella, Rodolfo Lastreto Benincampi.
En la parte de construcción que se perdió, por causa de la erosión y el abandono, hubo en un tiempo toda una habitación con muebles, con una ventana rectangular a cada lado y con pinturas de Rudy Wolmut en sus paredes.

En el libro “Cuentos de viento y de mar_ Historias de Atlántida”, de Rosario Infantozzi, se transcribe una entrevista que ella le realizó al Sr. Juan Torres, en la que se detallan las distintas etapas de construcción de El Águila y, al llegar a la parte del barco, dice lo siguiente :
…<<Bajo mi dirección y con la habilidad y buena voluntad de la gente que trabajaba para mí, fue modelándose la forma de la borda. El piso de la imaginaria embarcación se convirtió en una gran terraza a la que se accedía por una puerta que abrimos en la garganta del águila. Una escalerita de ladrillos descendía desde esa terraza hasta las entrañas del bote, donde construimos una habitación que después se utilizó como bar. Tenía dos ventanitas en forma de ojo desde las que uno miraba hacia afuera y veía sólo mar, lo que daba la sensación de estar embarcado. La proa terminaba en dos agujas de hormigón, que simulaban la boca abierta de un delfín. Rudi Wolmut, un pintor polaco que trabajaba en el Hotel Planeta, decoró las paredes del bar con tiburones y toda clase de bichos marinos y pintó las piedras con tanto realismo que parecían plumas de verdad…>>.

A esta altura hay dos precisiones que considero necesario realizar en esta historia : La primera es que al pintor Rudy Wolmut, que decoró el interior del barco derrumbado, Don Juan Torres lo menciona como de nacionalidad polaca. Sin embargo Juan Manuel Gutiérrez Laplace afirma, en su libro sobre Atlántida, que Rudy era austríaco y agrega otros datos, como el hecho de que era pintor, ceramista y músico (tocaba el piano y el címbalo).

La segunda precisión es que, en entrevista que le realizáramos a dos nietos de Marcela Benincampi, Alberto y Susana Lastreto, ellos sostuvieron la idea de que en realidad la punta de La Quimera, representaba un mascarón de proa de barco vikingo con dos espolones. Esto dejaría de lado la teoría del delfín.
Son detalles que no hacen al fondo del tema que hoy les quería narrar, pero sí es importante tenerlos en cuenta a efectos de reunir toda la información disponible en torno a hechos que forman parte de la identidad histórica de la localidad.
 
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El diario “Tribuna Interbalnearia” publicó, en el año 1979, dos notas sobre “El Águila”, con fotografías en las que todavía se podía ver detalles del interior de la parte que luego desapareció. De la segunda nota transcribo: 
<<…Nos preguntábamos si podíamos predecir el futuro de El Águila y la contestación es por cierto muy clara y precisa, su porvenir depende de que pueda vencer a sus enemigos y tiene dos implacables: el mar y los hombres. Su presencia es un desafío al mar y el mar no perdona. El Águila lo enfrenta y él socava el médano en que se asienta….Y los hombres, curiosos y depredadores, tan implacables como el mar, van destruyéndola también, poco a poco…>>. 
 
Esta consideración resultó al fin como la “crónica de una muerte anunciada”, ya que tres años después la parte del barco se derrumbó, en la noche del 12 al 13 de julio de 1982, según afirma Federico Molinari, cuya palabra ha quedado grabada.
                                                                                                         
                                                                          Wilson Mesa

 
(Interior de "El Águila" _Foto publicada en "Tribuna Interbalnearia" en 1979)

("El Águila" en la década del 60 _Foto extraída de Internet) 
("El Águila" en la década del 80 _ Foto de Miguel Uhalde)

Fuentes de información _ Entrevista a Federico Molinari (grabada en video).

          Entrevista a Alberto y Susana Lastreto (grabada en video).

          Libro “Cuentos de viento y de mar_ Historias de Atlántida”, de Rosario Infantozzi.

          Libro “Atlántida, un sueño que surgió desde las olas”, de Juan Manuel Gutiérrez Laplace.

          Periódico “Tribuna Interbalnearia”, Año X, Nº113, febrero de 1979_ Reseña sobre "El Águila" y fotos del interior del barco, que se perdió.

Artículo publicado en la Revista del Centro Comercial de Atlántida (CCIFA), Nº43 de abril/ 2013.

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