9/3/20

MANUEL QUINTELA Y LA “MAISON BLEU”





MANUEL QUINTELA Y LA “MAISON BLEU”
                                                             
                                                       Crónicas de Atlántida – por Wilson Mesa

Muchas veces pasamos por lugares, o escuchamos nombres de personas, que de tan repetidos no les damos importancia. Por ejemplo, los habitantes de por aquí habrán oído muchas veces hablar del “Chalet Azul”, o de “la casa de Manuel Quintela”, pero… ¿dónde está la tal Casa Azul? Y ¿quién era Manuel Quintela?
La respuesta a estas interrogantes no siempre se conoce. Por lo que nos parece interesante realizar divulgación sobre la historia del lugar donde vivimos y cómo llegó a ser lo que actualmente es, un Balneario centenario, que tiene su casco antiguo con muchas hermosas casas que son de otra época.
Me refiero a cuando Atlántida era conocida como “la playa de los doctores” y pretendía ser una “Estación de Baños” al estilo europeo. Allá en los comienzos del siglo XX, en la primera Rambla que existió, empezaron a construirse casonas señoriales, a partir de la inauguración del “Atlántida Hotel” (1913). 
 
                                    Reuniòn en el "Atlàntida Hotel" - Quintela 1ºde la zquierda

En la misma cuadra del hotel, y en las siguientes rumbo al este, se fueron levantando las casas de veraneo de familias como las de Dighiero; Urioste, Galeano; Monteverde; Nogueira; Capurro; Còppola; Fabini; Quintela; Victorica, etc.
Entre ellas -aún hoy- se destaca una: la “MAISON BLEU”. Destaca, digo, porque es distinto su estilo de construcción y porque tiene detalles que la hacen muy reconocible.
Para aquellas personas que no conocen mucho nuestro Balneario les diré que se encuentra ubicada muy cerca de la Prefectura de Canelones y frente a la llamada “bajada del Cholo”, donde también está el “Yatch Club”.
 LAS PRIMERAS CONSTRUCCIONES EN LA RAMBLA

Enrique Fabini contaba a Rosario Infantozzi, para su libro, lo siguiente: <<En 1911 mi tío, Juan Pedro Fabini, que era ingeniero de puentes y caminos, y agrimensor, trazó el primer plano de lo que sería el “Balneario de los Doctores” en la playa de Santa Rosa. Cien manzanas, de solares de entre setecientos y mil doscientos metros cuadrados, para que a nadie se le ocurriera la peregrina idea de construir una miserable casucha (sic.).
<< En ese primer plano ya estaban delimitados los solares, las calles, las plazas y la rambla. Hasta el saneamiento estaba tan bien planificado que, aun hoy, se conserva y es el único que hay. El siguiente paso fue ubicar todo en la realidad y amojonar los terrenos. Después, y ya sobre lo que más tarde sería la rambla, empezaron a aparecer las casas de Dighiero, Urioste, Galeano, Ghigliani, Nogueira, Capurro, Coppola, Fabini (que era doble) y por último el chalet de Quintela, que fue el último en terminarse porque quería que tuviera tejas azules y había que esperar a que llegaran de Francia.  Todos los chalets se desgranaban como las cuentas de un collar a lo largo de la barranca sobre la playa...>>.
<<… Para los cimientos, algunos muros y las calles, se utilizaba la piedra de dos canteras que había. Una, frente a la Piedra Lisa y la otra, frente a la Isla. Se sacaba, se partía y se hacían los empedrados. Con las esquirlas y los escombros de las obras se iba rellenando lo que sería la rambla. Los chalets se construyeron con veredas, aun antes de hacer la rambla.
Después de la casa de Quintela venia un médano enorme, tras el cual vivían las dos hermanas Victorica. Los chalets que empezaron a florecer, se fueron sombreando con árboles. En las veredas y al borde de los caminos se plantaron eucaliptus. Más adelante, la rambla se adornó con palmeras jóvenes…>>. (Rosario Infantozzi, pàg. 53)

NOTA – Hay que decir que Enrique Fabini, al memorizar los nombres de los propietarios de los primeros chalets sobre la Rambla comete algunos errores que es necesario aclarar. El orden de propietarios de casonas desde el Atlàntida Hotel hacia el este era el siguiente: Dr. Juan Carlos Dighiero; Dr. Josè Pedro Urioste, Sr. Santos Urioste (padre del anterior); Dr. Alberto Galeano; Arq. Juan Monteverde; Dr. Alejandro Nogueira; Sr. Juan Capurro; Dr. Juan Josè Còppola; la casa doble  de Santiago y Enrique Fabini; al lado estaba el chalet del Ing. Juan Pedro Fabini (uno de los fundadores de Atlántida, casa que no existe actualmente). A continuación estaba la “Maison Bleu”, que es la que hoy nos ocupa.                                                  
      
 
LA “MAISON BLEU”
Dice Federico Bonsignore en su libro - <<La última residencia en este paseo imaginario, la “Maison Bleu” –la “Casa Azul” en castellano- pertenecía al Prof. Dr. Manuel Quintela, que era en ese entonces el Decano de la Facultad de Medicina. Se supone que pudo ser atraído a Atlántida por su discípulo y amigo personal, el Dr. Cóppola.
El nombre de la casa obedece a que Quintela había importado directamente desde Francia las tejas de la vivienda, de cerámica, y de un intenso color azul. Estas demoraron considerablemente en llegar al Uruguay y existen varias fotos del chalet ya “inaugurado” y con su tejado inconcluso
Arquitectónicamente es posiblemente el más ecléctico de todos los chalets de esta primera camada. Combina elementos de diferentes estilos. Por un lado, toma características de las villas italianas como la asimetría de su diseño, o la torre-mirador rectangular culminada en un techo a cuatro aguas con puerta y ventanas con arco de medio punto, decorado por una moldura circundante en ladrillo.
Tiene asimismo referencias arquitectónicas inglesas, como el bow-window al frente de su planta baja, cubierto por un breve alero en teja francesa. El resultado es un elegante chalet historicista…>>. (Bonsignore, pàg.61).
UNA ANÈCDOTA
<<… El Dr. Quintela era un apasionado por el juego y tenía fama de hacer trampa y luego arrepentirse. Una jugosa anécdota refiere a un partido de taba jugado en este bellísimo hotel (se refiere al “Atlàntida Hotel”) con varios de sus colegas de Atlántida, que gana haciendo trampa, haciéndose acreedor de cinco pesos con los que compra en el tren de regreso a Montevideo un entero de lotería, que sale con la grande.
Escrupulosamente, acaba dividiendo el premio entre todos los participantes de aquella partida, sin que nadie se lo hubiese pedido”.
Pero estos once propietarios no eran los únicos que pasaban aquellos primeros veranos…>>. (Bonsignore, pàg. 62).
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¿Pueden imaginarse al Decano de la Facultad de Medicina viajando en tren desde la Estación Las Toscas (así se llamaba en aquel momento) a Montevideo? Pues sí. Era la manera más directa, cómoda y rápida que había en la época. Además de ser muy económica. Recordemos además que no era cualquier tren, era “el ferrocarril de los ingleses”, ejemplo de pulcritud y puntualidad.                                                                         
Por otro lado, para venir en automóvil desde la capital había que hacerlo por el “Camino a Maldonado” (Ruta 8), pasando por Pando, y después entrando hacia el mar por el “Camino de la Playa” (Ruta 11), ambos caminos no estaban en muy buen estado por aquellos días.
Cuando las familias de “los doctores” venían en el tren, algún vehículo iba a buscarlos a la Estación para trasladarlos, hasta el Balneario.
 MANUEL QUINTELA - BIOGRAFÍA
 Hemos presentado ya la “Maison Bleu”; veamos ahora quién fue el miembro de aquella especie de cofradía de profesionales y empresarios acaudalados que se animó –como los otros- a mandar construir una casona al estilo de las villas italianas sobre las barrancas de la “playa de Santa Rosa”.
Manuel Quintela Cassagne nació en Treinta y Tres, el 26 de julio de 1865. Era hijo de Juan Quintela Rodríguez y Olimpia Cassagne Prigbert; tenía un hermano más joven, Ernesto, que también fue médico y que será luego profesor de Anatomía y Operaciones.
La infancia de Manuel, se desarrolla en el ambiente rural y de allí deriva la primera de sus cuatro grandes pasiones: los caballos y los anímales en general, que lo llevarán más tarde a ser Presidente del Jockey Club, de la Sociedad Colombófila y a importar los primeros gatos persas que llegaron al Uruguay.
No solo fue presidente de la hoy "Sociedad Colombófila Uruguaya Dr. Manuel Quintela", también fue su fundador en el año 1922.
Cuando Manuel tenìa 16 años muere su padre y eso motiva el traslado de parte de la familia a Montevideo, donde es enviado primeramente al Colegio Pío. De allí pasa rápidamente a ser alumno de la Sociedad Universitaria. Estudia en ella de 1880 a 1885.
Su decisión de estudiar Medicina surge en ese inquieto ambiente de intelectualidad de la Sociedad Universitaria. Frecuentará también la docencia en Matemáticas, en Zoología y en Botánica,
En 1889 recibió su título de Doctor en Medicina.
En 1890, viajó a Parìs donde se especializó en Otorrinolaringologìa.
En 1894, gana por concurso el cargo de jefe del sector de Otorrinolaringología del recientemente creado Hospital Maciel.
En 1900, da clases dentro de su especialidad y llega a ser Decano de la Facultad de Medicina entre los años 1909-1915, y 1921-1927.
Fue fundador y primer Presidente de la Sociedad de Otorrinolaringología del Uruguay
La política, fue otra de las grandes pasiones de Manuel Quíntela; afiliado desde sus inicios al Partido Nacional, participó en la Revolución del Quebracho, contra Màximo Santos. Fue Diputado de la República por el departamento de Treinta y Tres entre 1899 y 1902.
Fue presidente de la “Sociedad de Amigos de la Educaciòn Popular" (1905-1911, 1915-1919); del “Jockey Club”; de la “Asociaciòn Rural del Uruguay”.
Contrajo matrimonio con Luisa de Castro Caravia; y su hermano Ernesto lo hizo con Catalina de Castro Caravia, hermana de la anterior.
Se le considera uno de los pioneros de Atlántida, ya que integró primero la “Arborícora Uruguaya. S.A.” y posteriormente también participó en la compañía “Territorial Uruguaya. S.A.”, desde sus inicios. Estuvo entre los primeros adquirentes de terrenos, y construyó uno de los primeros chalets de Atlántida, la “Maison Bleu”.

El Dr. Manuel Quintela murió súbitamente en uno de los anfiteatros de la Facultad de Medicina, durante una Asamblea de profesores titulares, el 17 de diciembre de 1928.
 
EL HOSPITAL DE CLÌNICAS DR. MANUEL QUINTELA
 El Hospital de Clínicas, de la Facultad de Medicina, lleva su nombre en su homenaje, ya que fue uno de los mayores impulsores de la creación de un centro hospitalario exclusivo para el estudio e investigación en todas las especialidades médicas, y a cargo de la Universidad.
El 14 de octubre de 1926 se aprobó la ley de creación del Hospital de Clínicas, y al mismo tiempo se nombraba la Comisión Honoraria encargada de su construcción. Manuel Quintela presidirá esta Comisión hasta el 17 de diciembre de 1928, fecha de su fallecimiento sorpresivo.
En 1927 se compran los terrenos de la ex Quinta Cibils. Ese mismo año se seleccionó por concurso el proyecto del Arq. Carlos Surraco, quien es designado director de la obra hasta su finalización.
 “Y allí sobre la colina, su idea hecha realidad, será como un baluarte de la salud pública, como una usina de seguridad, como un oasis espiritual, en medio de la urbe inquieta, para el estudio y la investigación, a fin de que la vida se deslice en una senda menos dolorosa”. (Discurso del Dr. Blanco Acevedo en nombre de los profesores de la Facultad de Medicina y la Comisión del Hospital de Clínicas en el sepelio de Manuel Quintela, el 18 de diciembre de 1928).
 
El 24 de diciembre de 1930 se colocó la piedra fundamental del futuro Hospital de Clínicas.
La construcción llevó 22 años. La fecha de ingreso de los primeros pacientes, el 21 de setiembre de 1953, es considerada la inauguración del HOSPITAL DE CLÌNICAS - Dr. MANUEL QUINTELA.
 
 
CONCLUSIÒN
Viendo fotografías actuales podemos apreciar que, a lo largo de su existencia de más de cien años, la “Maison Bleu” ha sufrido varias modificaciones en su estructura general y especialmente en la fachada.
Al transformarse en propiedad horizontal, actualmente está subdividida en once (11) apartamentos, cada uno con su entrada independiente.  Esto nos da una idea de las dimensiones del chalet original que, por otra parte, no tiene mucho terreno sin edificar alrededor.
Lo bueno es que esta construcción centenaria está ahí; es una de las antiguas casonas de la Rambla y tiene un gran valor patrimonial que debería preservarse lo más posible de ahora en adelante, para conocimiento y admiración de las generaciones futuras. Esto también es identidad cultural.                                                                                                                                                       WILSON MESA, febrero 2020

Fuentes de información -

Libro “Atlántida, historia, imágenes y personalidades a cien años de su creación”, de Federico Bonsignore.

Libro “Atlántida Centenaria 1911 – 2011 – Guía Turística, Histórica y Cultural”, de Arinda González Bo.

Libro “Atlántida – Una historia de cien años en cien fotos”, de Darío Porta y Mireya Bracco.

Libro “Cuentos de viento y de mar – historias de Atlántida”, de Rosario Infantozzi.

Página Web del Hospital de Clínicas.
Imágenes – Las fotografías antiguas, provienen de distintas publicaciones, especialmente el libro de Porta-Bracco.

                     Las fotografías actuales son de Arinda González Bo.
Artìculo publicado en la Revista CENTRO - Nº 126 -Marzo 2020.

(NOTA - Haciendo click sobre las imágenes se pueden ver más grandes).

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